Lamentablemente la iglesia del Señor se encuentra queriendo imponer modelos los unos sobre los otros y si alguien no camina en un determinado modelo o se mueve como ellos se mueven, estos son rechazados.
Debemos comenzar a reconocer los dones de cada uno y de cada ministerio para funcionar adecuadamente. Veamos un ejemplo:
No se puede forzar a un profeta a comportarse como un pastor, se sentiría frustrado y probablemente miserable, pero si se le permite actuar dentro de su llamado, será un complemento perfecto para la edificación de la iglesia.
Cada uno en forma personal tiene un llamado dentro de la iglesia. Desde el tiempo de Constantino, la iglesia se volvió en una entregadora de recursos para los miembros, en lugar de “DESAFIARLOS A QUE ELLOS SEAN LOS RECURSOS.” Nunca fue el llamado de Dios que algunos expertos en cada rama, desarrollaran sus ministerios mientras los demás “miran”, el llamado de Dios es hacer un ejército lleno de los dones del Espíritu Santo.
El llamado fue el de capacitar al pueblo, así, el verdadero fruto de un evangelista no es solo otro convertido, sino otro evangelista, somos entrenadores de otros, no hombres orquestas con demasiado trabajo y estrés, y esclavos de nuestras agendas.
Las conferencias son necesarias para mostrar en forma masiva lo que Dios está haciendo en estos tiempos, pero la tarea más importante de los líderes es enseñar a enseñar, no solo enseñar para ser observado, algunos hasta son intocables. Este no fue el modelo de Jesús. Si te mueves cómo profeta hay que enseñar a otros cómo profetizar, hay que dejar discípulos multiplicadores. Dios ha dado cinco ministerios para darlos a otros, para la obra del ministerio.
Daremos una definición corta de cada ministerio, con el propósito de ayudarnos a identificar nuestro don, para aportar efectivamente al crecimiento de la iglesia en la ciudad.
Pastor: El que cuida las ovejas, es amoroso, crea un ambiente familiar. Cuida de las relaciones, busca la salud espiritual del rebaño a largo plazo.
Su debilidad es perder la visión la “visión general”, está perdido en las relaciones, “el cuidado personal, lo es todo” la relación del creyente con Dios y con los demás es su meta.
Profeta: Va siempre en avanzada, es un “atalaya”, entra en el trono de Dios y ve el camino para seguir, es poco comprendido, pero no le interesa mucho lo que la gente piense de el, sino que es lo que Dios está diciendo. Es difícil pasar un rato tranquilo con ellos, suelen ser un poco desorganizados.
Los pastores lo ven como una amenaza, el profeta quiere las cosas “ya”, tarea difícil pero encomendada por su padre celestial. “Visión” es su palabra clave.
Apóstol: está más cerca de la congregación, que los profetas, pero en un punto alto, en una montaña, está viendo “todo” el panorama, está buscando la siguiente estación, no se puede quedar quieto, nunca está satisfecho, su búsqueda es la estrategia, soluciona problemas, crea cosas de la nada, es como un general del ejército, casi que tiene que tener un poco de todos los ministerios para poder entenderlos. Su preocupación son Las Naciones, no le gustan las conversaciones superficiales.
Maestro: El busca la “calidad”, los detalles, le gusta enseñar, lo quiere entregar todo, quiere imprimir sus escritos, dejarlos como herencia.
Generalmente no mira el panorama completo, sino los detalles, quiere saber todo con exactitud. No se vincula mucho con la gente. Está metido en la preparación de la siguiente enseñanza.
Evangelista: Su meta es que la gente tenga un encuentro personal con el Mesías, quiere que la iglesia sea de adentro para fuera, lo cual es correcto.
Se apasiona porque la gente aprenda a evangelizar, quiere siempre dar “las buenas nuevas” la mejor parte del evangelio.
Contrario a lo que se pueda pensar, el no lidera la expansión de las iglesias, trabaja junto con apóstoles y profetas, ellos son los que dan los cimientos de la iglesia. Su función es más importante que hacer campañas evangelísticas, es hacer a la iglesia evangelística, salir y tocar la ciudad, como parte de su vida normal. (Copiado)
No hay comentarios:
Publicar un comentario